Agosto del 2011, tras muchas horas de viaje, hacer dos escalas y dormir en el aeropuerto de Praia, llegamos a Boa Vista, una de las islas que compone el archipiélago de Cabo Verde.
Junto con otros compañeros, íbamos a formar parte del equipo de trabajo de la ONG Natura 2000 en la playa de Ervatão, una de las playas donde la tortuga Caretta Caretta, o más comúnmente conocida como Tortuga boba, acude a desovar todos los años. Natura 2000 realiza una labor de conservación de dicha especie, además de sendos estudios que ayudan a tener un mayor conocimiento sobre la especie.
Durante 3 semanas, nuestra labor iba a consistir en acudir por la noche a la playa de Ervatão y a otras playas colindantes, a localizar tortugas que saliesen, observarlas hasta que hiciesen el nido, coger los huevos y llevarlos a una zona libre de depredadores, el “hatchery”. Además, se procedía a medirlas, tomar muestras y controlar que no tuviesen ninguna herida ni amputación a causa de redes, hélices de barco o diversos objetos arrojados al mar. Por desgracia nos encontramos más habitualmente de lo que pensamos, tortugas heridas o que carecían de algún miembro. Durante la noche, con nuestra presencia también evitábamos que algunos “apanhadores” acudiesen a la playa para matar algunas tortugas, coger su carne y llevársela.
Otra labor que debíamos desempeñar era la prospección. Consistía en acudir a las playas muy temprano por la mañana, para contabilizar rastros, encontrar tortugas perdidas que se hubiesen desorientado en la noche, controlar el estado de algunos nidos etc.
El campamento constaba de dos tiendas de campaña donde dormíamos con el saco de dormir y la esterilla y otra tienda en la que se almacenaba la comida y se cocinaba. Para mantener el campamento en condiciones se establecían turnos de limpieza, además de los correspondientes turnos de tortugueo y prospección.
La experiencia durante esas semanas ha sido muy especial. Me ha encantado oír la respiración de la tortuga, sentir su fuerza, ver su esfuerzo por salir del agua, por echar los huevos y volver exhausta al mar.
Además del contacto con los animales, he tenido la oportunidad de disfrutar de playas desiertas, de pasear, de admirar el magnífico cielo estrellado, de conocer lugareños de los que siempre se puede aprender algo y ante todo, de tomar una mayor conciencia sobre el cuidado que el medio ambiente necesita debido a la mala gestión de los recursos del ser humano.
Aunque este video no se haya realizado durante el proyecto Guiri Express, es una experiencia que contar.
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