Mientras estaba en Aguascalientes, conocí muchos Méxicanos que siempre te abrian las puertas de sus casas, así que en una de esas ocasiones fuí a visitar Tepic (Nayarit), ya que un amigo es de allí y estaba visitando a su familia.
Llegamos en la mañana a Ixtapa del Río, donde nos recogieron. Tras un desayuno de pescado empanizado con arroz y agua de piña en el mercado (45 pesos-2,6€) fuimos al Manto, un lugar donde hay unas piscinas “naturales” rodeadas de cascadas y de muchas personas, ¡Parecía Benidorm en plena hora punta! Aún así el sitio muy bonito, aunque con menos personas, seguro que tendría más encanto.
Por la tarde, fuimos a visitar unas aguas termales, llegamos tarde para entrar a las albercas (piscinas), así que fuimos a buscar el nacimiento del río. Andamos por la orilla humeante durante un rato, pero no encontramos el inicio, eso sí, cuanto más se subía más caliente estaba el agua, hasta tal punto que no se podía ni meter la mano.
Al día siguiente, nos levantamos temprano rumbo hacia La Tovara,un manantial ubicado en el municipio de San Blas, pero antes había una parada obligatoria en el pueblo para probar el rico pescado zarandeado, una especialidad de allí. Consistía en cocinar el pescado en papel de aluminio y ponerlo a la brasa, junto con una salsa que le echaban por encima, una auténtica delicia.
Ya en La Tovara, nos montamos en una barca que te hacía un recorrido por los manglares (140 pesos- 8€) haciendo parada en el cocodrilario y en una zona de aguas claras para bañarse.
Y estando cerca de San Blas, no podíamos dejar de visitar el famoso Puerto de San Blas, lugar que Maná cita en una de sus canciones. La verdad que el puerto no era nada bonito, pero ya que estábamos allí aprovechamos para refrescarnos en el Pacífico, hasta que atardeció y nos volvimos a Tepic (Nayarit).
Para ir termiando el viaje, a la mañana siguiente fuimos a Santa María del Oro, a pasar la mañana a las orillas de la laguna. Un paseo muy agradable, además de poder probar el chicharrón de pescado. Unos trozos de pescado rebozados, acompañados con tortillas y salsas picantes como siempre.
Y ya para terminar la ruta gastronómica, terminamos en Tepic probando los raspados. Hielo picado con siropes de sabores, desde café y chocolate, a jugos de fruta.
Un fin de semana corto pero con muy buena compañía.
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